Técnicamente, un seguro de Decesos es un seguro a través del cual la compañía garantiza una prestación contratada al fallecimiento de cada uno de los asegurados, hasta el límite de la suma asegurada para esta cobertura.
En otras palabras, el seguro de decesos es una solución específica que resuelve todas las necesidades materiales (gestiones, trámites, gastos, traslados, servicios, etc.) derivadas del fallecimiento de un ser querido y ofrece apoyo emocional a la familia, liberándola de tramitaciones y gestiones.
El impacto económico derivado de los gastos funerarios puede superar cantidades que no todas las familias pueden asumir en aproximadamente 72 horas, tras el fallecimiento de un familiar. Según datos de la OCU de octubre 2022, publicados en su página web, un servicio funerario cuesta entre 3.000 y 5.000 euros, en función de los elementos del servicio, calidades y localidades. Si además, sumamos los costes de un traslado nacional, puede superar fácilmente los 5.000 euros por fallecido, y si el traslado es desde otro país, más de 10.000 euros. No obstante, quizá sea más importante ofrecer argumentos emocionales y comercializar el seguro de decesos como un servicio pensado en ayudar a las personas cuando más lo necesitan.
Por ello, en los últimos años, y de manera complementaria al servicio funerario y la asistencia relacionada con el servicio fúnebre, se ha incluido la posibilidad de contratar coberturas de uso en vida, como accidentes, hospitalización, salud, daños en el hogar, etc. con el fin de que la oferta del seguro de decesos resulte más atractiva para determinados segmentos –sobre todo, jóvenes– que valoran este seguro como una plataforma de servicios de uso frecuente.
¿Por qué contratar un Seguros de Decesos en la actualidad?
- Porque la sociedad actual ha cambiado. Una tarifa competitiva a todas las edades es necesaria en este mercado tan profesionalizado. Pero la decisión última del cliente no depende únicamente de la prima final a pagar: el mercado ha hablado alto y claro, de modo que si el seguro de decesos no incluye prestaciones en vida reales y útiles que contribuyan al ahorro diario de la economía doméstica, los clientes no lo mantendrán a largo plazo.
- Porque, ante el fallecimiento de un ser querido, los trámites y procesos previos y posteriores a una inhumación o incineración son complejos y duros desde la perspectiva emocional. Además, un seguro de decesos se la juega al 100% en ese momento: es cuando se aprecia que –con una sola llamada telefónica– hay especialistas que se ocupan de todas las necesidades de la familia, las 24 horas todos los días del año.
- Porque nadie nace con su fecha de caducidad escrita. Un accidente no avisa y sus consecuencias son la invalidez o, en el peor de los casos, la muerte, perjudicando económicamente a la familia. La elevada movilidad actual ha convertido los accidentes de tráfico en una de las causas de muerte más frecuentes entre las personas jóvenes.
- Porque hoy en día, los viajes y desplazamientos son mucho más frecuentes, y no solo de ámbito nacional, sino también internacional. Tanto por ocio como por trabajo y sobre todo a edades más avanzadas, cosa que antes no ocurría.
Además, existen algunos datos curiosos que sirven muchas veces como argumento de venta en este tipo de seguros:
- En España hay más de 22 millones de personas con seguros de decesos.
- El coste de un servicio funerario privado oscila entre los 3,500€ y 5,500€ en función de la localidad y la modalidad de servicio. Si además hay que incluir traslados pueden llegar a superar los 8.000€ y solo con traslado nacional. Si éste es internacional, supera los 15.000€ por fallecido.
- El pasado año el 32,4% de fallecimientos en 2018 necesito traslado a otra localidad y 509 fueron repatriadas en el extranjero.
- Por ley es obligatorio devolver el capital de servicio tanto en los seguros de prima periódica como en los seguros de prima única.
Los Seguros de Decesos también han de ir evolucionando y modernizándose, de la mano de las nuevas tendencias que se dan en el sector funerario y que al final el cliente va a terminar demandando. La población ya no busca solo enterrarse o incinerarse sin más sino ir más allá en el servicio que se presta una vez la persona ha fallecido.
Artículo cedido por MAPFRE
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