Cada día son más las personas que sufren ansiedad. Es una realidad que supone un tanto por ciento muy elevado de bajas laborales. Las consecuencias que pueden derivarse de la ansiedad en el trabajo, entre otras pueden ser: bajo rendimiento laboral (y por tanto menos productividad), tener peor relación con los compañeros, problemas de concentración, irritabilidad, etc.
Las bajas por este motivo suelen considerarse enfermedad común, es decir, por motivos no relacionados con el trabajo, ya sea por ejemplo por una mala situación familiar, problemas económicos, etc”, explica Alicia Cobo, abogada de ARAG. En este caso es el médico de cabecera el que nos emita la baja médica.
Por enfermedad común, se cobra:
- Durante los tres primeros días, no se cobra nada.
- Desde el día 4 al 20, el 60% de la base reguladora.
- Del día 21 en adelante, el 75% de la base reguladora.
Cabe la posibilidad que los convenios colectivos mejoren dichas cuantías.
También es posible que se determine la contingencia como laboral, en casos de acoso laboral, largas horas de trabajo, una alta exigencia o una mala relación con un superior, por ejemplo. Será la mutua de la empresa la que haga el seguimiento de la baja. “En este caso, el trabajador percibirá el 75% de la base reguladora”, indica Alicia Cobo.
Con respecto a la duración de la baja, como cualquier incapacidad temporal es de un máximo de 365 días. A partir de entonces se puede prorrogar seis meses más, llegando al total (excepcionalmente) de los dos años. Llegados a ese punto, la Seguridad Social puede conceder al trabajador una incapacidad permanente reuniendo una serie de requisitos.
“Hay que tener en cuenta que si durante el tiempo de baja médica derivada de la depresión, estrés o ansiedad, el trabajador no puede disfrutar de sus vacaciones, es posible realizarlas cuando éste se encuentre de alta médica y siempre y cuando no pasen más de 18 meses del año natural en que se generaron”, indica la abogada de ARAG.
¿Cómo evitar este tipo de bajas?
Cada vez más empresas crean y ofrecen programas de control y eliminación de estrés con el fin de evitar bajas de este tipo. Es conveniente tratar temas como la sobrecarga laboral, el buen clima entre compañeros, la adecuación del salario, evitar conflictos y acosos laborales, un ritmo de trabajo acelerado…
Es vital que haya comunicación entre empresa y trabajador con el fin de paliar estas situaciones, que haya descansos suficientes para evitar la fatiga laboral, flexibilidad laboral (tanto a nivel de tareas, como de conciliación familiar), así como la existencia de un equilibrio en las condiciones laborales, facilitando herramientas como tiempos de descanso, pasar encuestas a los trabajadores en relación tanto al ambiente laboral como de factores psicosociales, realizar entrevistar individuales con el fin de conversar ante un posible conflicto fomentando la empatía, etc.
Artículo cedido por ARAG
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